“Así regresó Noemí, y con ella su nuera Rut la moabita, quien quería acompañarla de todo corazón. Regresaron, pues, de la tierra de Moab al inicio de la cosecha de cebada”. (Rut 1:22) Noemí tenía su corazón triste, se sentía afligida y amargada. Había perdido a su esposo y luego a sus dos hijos. En compañía de su nuera Ruth regresó a Belén de Judá. La ciudad estaba regocijada en volverla a ver, sin embargo, Noemí les dijo: “No me llamen Noemí. Más bien llámenme Maritat-naswha (amargada del alma). Ella se había ido llena y años más tarde, regresaba vacía,...